Una crisis es un cambio brusco, profundo y de consecuencias importantes sobre algún aspecto, proceso o situación. Cuando algo transcurre con normalidad y sin alteraciones, se habla de estabilidad. Y cuando una situación estable incorpora un cambio significativo de índole negativo, se dice que hay una crisis.
Dicho cambio o alteración puede ser física o metafórica y en cualquier contexto humano. Así, podemos hablar de entrar en crisis, crisis nerviosa o crisis de ansiedad, crisis humanitaria, crisis de valores, crisis de pareja, crisis política, crisis económica, crisis existencial.
En cualquiera de sus contextos, se expresa una situación singularmente negativa o traumática. Al hablar de crisis, también se hace referencia a escasez, privación o carencia; o para exponer una situación delicada, difícil y/o trabajosa.
En cualquier caso, es asimismo importante recordar que en cualquier crisis hay un cambio radical y si bien los cambios no suelen ser recibidos inicialmente de forma positiva, en ocasiones se producen efectos favorables a largo plazo.
“Crisis” deriva del griego «krísis» y a su vez éste del verbo «krino», que significa “separar, decidir” y es una palabra que tuvo un origen agrario, vinculada a la recogida del trigo. Para un griego antiguo, la crisis es el proceso que sucede cuando se separa el grano de la paja. Es un separar “analítico” para quedarse solo con la parte buena o aprovechable de la cosecha. De ahí que implique una capacidad de juicio. Es también una disputa, una prueba de habilidad o de fuerza. Y “Krísis” es también un término de uso en el ámbito médico. Aparece en los textos médicos de Hipócrates y significa el punto de quiebre, el momento decisivo de una enfermedad, un cambio súbito para bien o para mal. Era el punto culminante de una trayectoria en que las diferentes fases de la enfermedad han de resolverse de un modo u otro.
Esa idea implícita en el término “crisis”sigue de alguna manera presente hoy. Ninguna crisis puede ser permanente. Para bien o para mal la situación ha de encontrar su desenlace de algún modo. Una crisis o se resuelve, o nos hunde; pero no dura eternamente porque el cuerpo humano y las sociedades, tienden al equilibrio. Inestable, pero equilibrio al fin.
Así pues, por una parte toda crisis obliga a separar el grano de la paja, a decidir qué es lo necesario y qué es lo superfluo. Por otra parte es también un momento doloroso, incluso un tormento. La crisis exige un diagnóstico certero y una terapia equilibrada.